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martes, 4 de agosto de 2015

El día en que morí


Artículo original publicado en: http://ivernac.com/blog_el-dia-en-que-mori.html

No recuerdo bien cuando sucedió,
pero estoy seguro que pasó,
mi mente no funciona igual,
¡sé que algo anda mal!.

Solía sentir la brisa en mi piel,
del viento que me rozaba fiel,
recuerdo olores fenomenales,
de todas las flores y los rosales.

El Sol brillante en el cielo,
una llama en mi corazón encendía,
hoy es como si mis ojos tuvieran un velo,
sigo sin entender ¿porqué pasaría?

La música y los sonidos de la vida,
cada fibra de mi ser movían,
llama apagada en mi alma perdida,
¡pensé que mis sentidos recordarían!

Muchas veces al borde de la muerte,
pensando que la había burlado,
¡no todos tienen tanta suerte,
mis cinco sentidos me han abandonado!

Como maquinarias que prenden y apagan,
artefactos huecos de metal,
botones programables que hagan
bien las cosas y no mal.

¿Cuándo, cómo y dónde sucedió?,
no me dí cuenta, ¿porqué a mí?;
una y otra vez aconteció,
repetidamente como bucle sin fín,

Accidentes carreteros, enfermedades mortales,
en muchos lugares y horarios,
ninguno de ellos fueron alucionaciones mentales;
muchas veces en compañía de varios.

Llegando sueños sin sentido creo,
cada vez que me iba a dormir,
a mi cerebro querían confundir;
dándome mensajes sin papeleo.

Sigo creyendo que estoy vivo;
pues como, corro y duermo;
eso es lo más normal
o ¿creen que algo anda mal?

Cansancio terrible y repetido,
acumulado y fastidioso como mortaja;
esto para nada es algo que sea divertido,
en un cuerpo que descansa más de lo que trabaja.

En mi niñez, la muerte vino por mí;
no estaba preparado, estaba asustado;
pero creo que parece ser que ha ganado,
en un cuerpo vacío que no recuerda lo que viví.

Risa, llanto, dolor, amor, alegría;
sentimientos que te atan a este mundo,
hasta hace poco todavía los sentía,
cada día que pasa parezco más moribundo.

Seguir avanzando y levantarse tras cada caída,
un cuerpo vacío y sin sentimientos,
no se asemeja para nada , lo digo a los cuatro vientos;
al regalo de disfrutar en este mundo la vida.

Quiero volver a sentir, volver a vivir;
la muerte cumplió su trabajo,
no es algo que yo pueda decidir;
hace mucho que estoy inerte y tierra abajo.


Autor: Octavio Nava

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